In umbra refulgere

Hay un extraño impulso
en el vacío que te envuelve.
Es una duda corrosiva,
una cuestión que lo calla todo.

Duerme en un lecho zarzoso,
envuelto de sedas iridiscentes:
rojizas, rosadas y verdes,
de noche que acaba y mañana que se enciende.

Tus pensamientos,
de barro y hueso,
se escapan de tus ojos,
de tu mirada inerte,
para pegarse a tu cuerpo,
como el limo pantanoso.

Y has llegado aquí,
como el agua resplandeciente,
a este desierto de pena,
mordiendo la ternura
como un soplo de sudor viscoso,
de sangre que se evapora,
diluyéndose entre lágrimas y arena.

8 de Abril de 2018

Comentarios